Cultivo de lechugas.

La lechuga es un vegetal que requiere de cuidados mínimos y casi no se ve afectada por plagas, por lo que se considera muy fácil de cultivar. Como su ciclo de producción es corto, puede ser plantada junto con otras hortalizas de ciclo más largo para aprovechar mejor el espacio. Además, existen muchas variedades de esta hortaliza y combinándolas se puede tener cosecha durante todo el año.

En los últimos años, el cultivo de lechuga ha ganado mucha importancia, debido tanto a la gran variedad de tipos de lechuga que existen como al aumento del consumo de alimentos de cuarta gama. Los alimentos de cuarta gama son verduras, frutas y hortalizas que han sido sometidas a un mínimo procesamiento (lavado, troceado y envasado) y están listas para consumir.

¿Qué fertilizante usar para el cultivo de lechugas?

Plantación de lechugas.

A la hora de plantar lechugas, lo ideal es hacerlo sobre caballones o en banquetas, a una altura de unos 25 cm, para que no entren en contacto directo con la humedad y evitar así enfermedades y podredumbres del cuello de lechuga. Pero, además, hemos de tener en cuenta una serie de factores como son:

 

Suelo

Generalmente, las lechugas prefieren suelos ligeros, arenosos-limosos, ricos en nutrientes y con buen drenaje. Si se plantan en un suelo pobre en nutrientes, se recomienda añadir compost bien descompuesto. El pH óptimo del suelo para este vegetal debe oscilar entre 6’7 y 7’4. Además, se trata de un cultivo sensible a la sequía, pero se ha de tener especial cuidado con mantener la superficie del suelo seca ya que de lo contrario se favorece la aparición de podredumbres de cuello de la lechuga.

Podemos indicar que la lechuga prefiere unos suelos u otros según la variedad que se quiera sembrar:

  • Variedades de primavera: suelos arenosos, pues se calienta más rápido y las cosechas son más tempranas.
  • Variedades de verano: suelos ricos en materia orgánica, permitiendo así un aprovechamiento mayor de los recursos hídricos.
  • Variedades de otoño: suelos francos, ya que enfrían más despacio.

 

Clima

La lechuga se adapta bien a casi todos los climas, ya que resiste a un rango de temperaturas muy amplio (de -6oC hasta los 30oC). Sin embargo, por debajo de los 6oC su crecimiento se ve detenido por lo que, en zonas frías, es necesario cubrir los cultivos con plásticos protectores.

Cuidados requeridos por la lechuga.

Semillero

Para el cultivo de lechugas, las semillas son sembradas en semilleros durante 30-40 días. Una vez que las plantas tienen una altura de unos 8 cm y presentan 5-6 hojas, están listas para ser trasplantadas en el huerto.

Acondicionamiento del suelo para el cultivo de lechuga

En primer lugar, para evitar encharcamientos perjudiciales para las lechugas es importante nivelar el terreno. Además, se formarán los caballones necesarios sobre los que, posteriormente, se plantarán los vegetales.

Otra característica de este cultivo es que se recomienda cultivar después de leguminosas, cereales o barbecho y no hacerlo después de crucíferas o compuestas.

Por otro lado, es importante señalar que se trata de un cultivo de ciclo corto y muy sensible a los productos químicos, por lo que la desinfección química del suelo no es recomendable (se recomienda la solarización en verano).

Por último, durante el invierno se recomienda el acolchado con láminas de polietileno negro o transparente. Estas láminas también se usan con lechugas de pequeño tamaño y las que no forman cogollos cuyas hojas permanecen muy abiertas, evitando así que se ensucien de tierra.

Riego de la lechuga

Para el cultivo de lechugas es muy importante controlar la humedad de los suelos y evitar los encharcamientos. Por tanto, los riegos serán frecuentes, pero no muy abundantes.

El riego por goteo (en invernadero) y las cintas de exudación (al aire libre) son los mejores sistemas de riego para este tipo de cultivo por su transmisión constante de agua, pero sin problemas de encharcamientos.

Blanqueo

En lechugas de hoja alargada, como la Romana, se emplean técnicas de blanqueo. Consisten en atar las hojas con una goma entre 5 y 7 días antes de la recolección. Con ello, se pretende que las hojas interiores sean lo más blancas posibles en lugar del color típico verde oscuro.

Malas hierbas

Es muy importante eliminar las malas hierbas en los cultivos de lechugas, ya que pueden crear un ambiente propicio al desarrollo de enfermedades.

Nutrientes necesarios para el cultivo de lechugas.

Las verduras de hoja verde presentan unas necesidades de alimentación básicas, por lo que se trata de vegetales fáciles de cultivar.

Concretamente la lechuga, necesita nitrógeno para asegurar un crecimiento productivo de las hojas. Además, el potasio y el fosfato también son nutrientes importantes para este cultivo. Sin embargo, hay que evitar los excesos de abonado, especialmente el nitrogenado, para prevenir posibles fitotoxicidades por exceso de sales y conseguir hojas de calidad y una formación de los cogollos idónea. Por tanto, se aplicarán fertilizantes equilibrados con partes iguales de nitrógeno, potasio y fosfato.

En cuanto al abonado potásico, se deben controlar los aportes de este elemento especialmente en épocas frías, pero, además, es importante tener en cuenta que las lechugas al consumir más potasio van a absorber más magnesio. Por tanto, habrá que tener esto en cuenta a la hora de equilibrar esta posible carencia.

Por otra parte, se trata de un cultivo bastante exigente en molibdeno durante las primeras fases de desarrollo. La aplicación de este elemento, tanto de forma preventiva como para la corrección de posibles carencias, se recomienda hacerla vía foliar.

Si lo que se desea es un cultivo de lechugas ecológico, se puede mezclar compost, estiércol bien podrido, emulsiones de pescado, etc. en el suelo antes de plantar. Esto dará a las plantas los nutrientes que necesitan para maximizar la producción.

Recolección de lechugas.

La madurez de las lechugas se mide por el grado de compactación que presentan sus cabezas. Se considera que una cabeza está compacta y, por tanto, lista para ser cosechada cuando se requiere de una fuerza manual moderada para comprimirla (sin estar extremadamente dura).

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